viernes, 2 de octubre de 2009

TALES OF MYSTERY AND IMAGINATION - EDGAR ALLAN POE, DE THE ALAN PARSONS PROJECT



Quizás no exista otro caso en la historia de la música de un disco dando tanta fama a un ingeniero de sonido como el de Dark Side of the Moon de Pink Floyd para Alan Parsons. De la noche a la mañana, el joven ingeniero que comenzó sirviendo café como técnico auxiliar en los míticos estudios Abbey Road durante la grabación del último disco (homónimo a los Estudios) de The Beatles. La reputación de mago de las perillas que aquella maravilla le dio, y el haber ganado un Grammy por aquel trabajo le brindó la confianza suficiente para convertirse en productor musical: así fue con TheHollies, Al Stewart, Pilot y Olivia Newton-John entre otros. En este período conoce al compositor y productor Eric Woolfson. Debido a la admiración mutua, Woolfson se convierte en manager de Parsons y deciden trabajar juntos en un álbum experimental basado en los cuentos de Edgar Allan poe, una idea con la que Woolfson soñaba desde hacía tiempo ya.
Este álbum sería el primero de una banda compuesta por una formación casi estable de músicos de estudio, glorias británicas virtualmente anónimas y que nunca saldrían de gira para publicitar los diez subsiguientes lanzamientos de lo que había comenzado como un proyecto experimental. El disco debut, Tales of Mystery and Imagination – Edgar Allan Poe, ya contaba con todos los elementos que contendrían los siguientes lanzamientos: amplio rango de vocalistas, canciones basadas principalmente en teclados con extensos, riquísimos pasajes orquestrales, un tema central que dominaría la música y letra de cada disco y, por supuesto, melodías fuertes por si mismas y una producción inmaculada. Discos de laboratorio producidos por músicos-científicos con matrícula para componer in vitro.
Con el tiempo la discográfica con la que firmarían, Arista, pediría una tendencia más comercial a sus discos cada vez más exitosos. Sin embargo, “…Poe” permanece como el más coherente, interesante y vanguardista de todos.
Tanto la introducción instrumental (A dream within a dream, basado en un poema de Poe) y la primera canción (The Raven, otro poema) están desarrolladas alrededor de una mínima idea instrumental, de pocas notas. El paisaje soñador del instrumental abre el disco y explota con potencia para entrar en The Raven. Una persistente nota única de bajo recuerda al golpe en la puerta de aquel cuervo de mal agüero del que nos habla la letra y la paranoia del protagonista se huele en la voz.
En la tercera canción, The Tell Tale Heart, el cantante interpreta brillantemente la esquizofrenia paranoide del protagonista del relato, quien escucha los latidos del corazón de su víctima asesinada debajo de las tablas del piso donde lo ocultó, y otra vez el bajo actúa: nos recuerda al persistente latido desde debajo de las tablas. Un rock n´roll fuerte que desarrolla excelentemente los delirios del asesino del cuento.
Tres acordes de piano nos introducen a otro asesino: el vengador de The Caske of Amontillado, quien encierra para siempre entre dos paredes de una bodega a quien lo ha humillado. El cantante (John Miles) nos cuenta con una voz melodiosa y suave sobre un dulce fondo de cuerdas su perfecto plan criminal, y la violencia de su horrible acción sólo está interpretada por dos pasajes potentes de cuerdas, coros y vientos que penetran bajo la piel y erizan el vello.
John Miles regresa para un liviano cierre de la primera parte del disco (The System of Dr Tarr & Prof. Feather), una canción que roza el pop y que trata sobre un nuevo tratamiento médico que se basa en el trato amoroso de los pacientes internados en un instituto psiquiátrico. El resultado: los locos toman el lugar, secuestran a los médicos y se hacen pasar por ellos. Brilla un órgano de iglesia como sutil fondo en toda la canción.
Casi toda la segunda parte del disco (cara B en el original) la ocupa la suite The Fall of the House of Usher, donde el tema es el final de una dinastía familiar y la sepultura con vida de una mujer por parte de su hermano, enamorado de ella. Esta suite nos pasea primero por una introducción orquestal por momentos cándida, por momentos lúgubre y tenebrosa. Luego por pasajes de rock ambient con efectos de lluvia incluidos y por una pavana con aires flamencos, para terminar en el derrumbe (¿real? ¿moral?) de la (¿casa? ¿dinastía?) Usher, en una cacofonía de cuerdas, vientos y percusión.
El álbum cierra conmovedoramente con otro poema: To One In Paradise, una canción etérea adornada por un magistralmente arreglado coro de niños. En los últimos segundos puede escucharse parte del poema de Poe narrado por el maestro Orson Wells. Algunas otras narraciones que realizó a la maravilla le habían sido encomendadas para este proyecto, pero recién verían la luz once años más tarde, cuando este disco se editó como CD remasterizado y levemente remezclado, con el agregado mínimo de algunos sintetizadores que el original se había resistido a contener y que, a pesar de eso, recibió la etiqueta de “hi-tech album”.

Link de descarga del original 1976: http://www.torrentreactor.net/torrents/2304963/Alan-Parsons-Tales-of-Mystery-and-Imagination-(1976)-Lame-V0

1) A Dream Within A Dream
2) The Raven
3) The Tell-Tale Heart
4) The Cask Of Amontillado
5) (The System Of) Doctor Tarr And Professor Fether
6) The Fall Of The House Of Usher
a- Prelude
b- Arrival
c - Intermezzo
d - Pavane
e -Fall
7) To One In Paradise

Todos los temas compuestos por A. Parsons – E. Woolfson excepto 1) a por A. Parsons – E. Woolfson – A. Powell.
Orquesta arreglada y conducida por Andrew Powell.


LA LEY DE SERVICIOS DE COMUNICACIÓN


No creo en el periodismo independiente: los trabajadores de la información son empleados de empresas que tienen intereses que nos exceden. Sí creo en la honestidad intelectual, en la opción de negarse a estampar la firma o decir cosas con las que uno no está de acuerdo, en la obligación de nunca autocensurarse y sobre todo, en la obligación de elegir ejercer el oficio en medios con los que tengan cierta afinidad ideológica para poder dormir por las noches sin grandes problemas con la almohada. Por estos días, los grandes medios están haciendo algo que no debe hacerse: hablar mucho de sí mismos. Cada vez que escucho a través del recurso de la publicidad institucional una grosera bajada de línea en boca de sus periodistas estrellas, las empresas periodísticas se llenan la boca con la fórmula libertad de expresión o periodismo independiente y atemorizan al que está mirando o escuchando el producto con amenazas del tipo “este programa puede desaparecer si avanza la ley de control de los medios” me lleno de rabia. Porque se perfectamente que quienes rechazan el proyecto de Servicios de Comunicación Audiovisual (¡no se llama “ley K de medios”, brutos tendenciosos!) sólo están defendiendo su bolsillo. Lo peor del asunto es que no tienen la valentía de decirlo y que cuando tratan el tema lo único que pretenden es convencer a los lectores, televidentes u oyentes de que algo muy malo puede ocurrirles si la ley se aprueba. Estamos asistiendo a un burdo intento de manipulación. Muy, muy antiperiodístico. Se supone que los medios son instrumentos, herramientas, vías de comunicación que intentan reflejar el mundo desde distintas perspectivas. Bajo ningún punto de vista deberían ser usados para defender su existencia como empresas. Si para algo ha servido este debate, es para saber quién es quién en el universo de la comunicación. Y que de lo que se discute es sobre dinero.
Los grandes medios están mintiendo de una forma insultante, y estaría bueno que todos consigamos una versión objetiva y fácil de comprender sobre el proyecto de la nueva ley de Servicios de Comunicación. Fácilmente nos daríamos cuenta de que Volver y TN no van a desaparecer.

LA OLLA DEL ROCK DE LOS 70


(Sólo apreciable en la ampliación) podemos ver en esta composición a los Beatles metiendo discos propios e intrumentos en una gran olla del cual sale el mejor de los aromas: las bandas más vanguardistas y creativas que tuvo el rock. Sí, en los años 70. Semejante herencia no podía desperdiciarse...